sábado, 12 de noviembre de 2011

“LA DOLARIZACIÓN: EL DEBATE TIENE QUE SER PERMANENTE”

Ensayo sobre el documento escrito por el Dr. Marco Naranjo: “LA DOLARIZACIÓN: EL DEBATE TIENE QUE SER PERMANENTE”

Este documento escrito por el Dr. Marco Naranjo, en Agosto del 2004, hace ya cinco años, a más de ser una ampliación explicativa y más profunda en algunos conceptos, que su primera parte “Costos del abandono de la dolarización en Ecuador”, es un escrito que no pierde vigencia ya que la trascendencia del hecho que se estudia como eje fundamental, es decir la Dolarización, es un tema de connotación nacional, que ha captado la atención de los principales analistas y críticos del hacer económico en el país así como también del público en general, ya que desde sus inicios este sistema económico ha tenido muchos detractores, y de igual manera defensores, por lo que se ha generado un debate rico en conceptos y en ideas, siempre y cuando los actores sean de alto nivel como lo han sido el Dr. Marco Naranjo, Dr. Rafael Correa, Dr. Alberto Acosta, y muchos otros más, que han llevado al enriquecimiento de este tema y de la cultura en cuanto a ciencia económica del país se refiere.
Es de mucha verdad lo que manifiesta Naranjo cuando nos dice que ante la dolarización no podemos quedarnos callados y conformes, sino que es nuestra obligación cuestionarla, confrontarla y plantear reformas si así lo necesita el país.

El primer aporte y que a mi criterio es fundamental tanto para las personas que tienen conocimiento de economía y mucho más para las que no, es la diferenciación que se hace entre dolarización y convertibilidad, ya que si bien son temas que por desconocimiento se piensan que son similares, guardan diferencias muy marcadas, como lo explica el autor.
La convertibilidad o caja de conversión, que fue un modelo que adoptó la República Argentina para mitigar una de sus crisis más profundas, se basa fundamentalmente en el tratar de recuperar la confianza del pueblo en la moneda nacional, igualando su tipo de cambio al de un patrón, que puede ser el oro, o en el caso de Argentina una moneda fuerte como lo es el dólar, en donde los actores económicos se comprometen legal y expresamente a mantener la paridad cambiaria, dejando de lado las devaluaciones por decreto o las emisiones sin respaldo de moneda que son comunes para mitigar los déficits fiscales.
Para el caso de Argentina no se logró que el pueblo confíe nuevamente en su moneda por lo que el dólar era básicamente la moneda en la cual se realizaban las transacciones y los depósitos de los argentinos.
La siguiente puntualización es sobre la dolarización, y dentro de este concepto vamos a poder sacar nuestra conclusión sobre la diferencia que existe frente a la convertibilidad.
Por el contrario que la convertibilidad, la dolarización lo que hace es eliminar totalmente la moneda nacional, en el caso del Ecuador, el Sucre, que fue remplazado en su totalidad por el dólar, ya que esta era la moneda que comúnmente ya se venía aceptando para las transacciones dentro del mercado nacional, por parte de oferentes y demandantes desde antes de su oficialización.
Al oficializarse el dólar como moneda Nacional se eliminaron muchos males propios del sistema monetario anterior, como son las devaluaciones para favorecer a grupos de poder en deterioro de la gran mayoría, nació la necesidad de las empresas sean competitivas por si solas, se acabó el cobro excesivo de intereses, lo cual se había convertido en una forma de vida, al igual que las ganancias por la variación del tipo de cambio.

De esta manera quedan claros dos conceptos que sirven de partida para cualquier persona que se interesa por el tema tratado, a continuación se realiza un análisis de la Balanza Comercial, la cual no necesariamente tiene que ser positiva para que el sistema de dolarización funcione y para que la economía crezca.
Ya que de ser este el caso épocas pasadas cuando la balanza comercial del país era positiva en la mayor parte del tiempo se hubiese manifestado un crecimiento excelente de la economía, pero no es esta la realidad, pues en los 80 y 90 se registra el peor escenario de desarrollo económico de la historia, e incluso a pesar de que en 1999 teníamos balanza comercial favorable, nuestro estado estuvo a punto de quebrar.
Las importaciones son fundamentales para nuestro país más aun cuando la propensión a importar es alta, ya sea para bienes de capital o como materias primas para la elaboración de otros productos, si este índice aumenta no solo por una subida del precio sino por un incremento del volumen, significa que el país está mejorando su nivel de producción.
Las exportaciones como se manifiesta hasta en los momentos actuales, también han tenido un aumento considerable, especialmente las no petroleras y dentro de estas fundamentalmente las de productos no tradicionales, el petróleo ha alcanzado precios a los cuales nunca en la historia había llegado.
La balanza de servicios, de transferencias y capitales se han visto también afectadas de manera positiva, lastimosamente para el caso de la cuenta de servicios su contabilización es un poco más complicada, pero en el caso de los capitales, si podemos medirla más objetivamente al ver que la inversión extranjera ha llegado al país y ha hecho importantes aportes.

Una de las características que mantuvo nuestra economía a lo largo del tiempo, es una alta inflación que en 1999 se volvió incontrolable, llegando hasta valores cercanos al 90%, que luego fue reduciendo paulatinamente hasta llegar al 2003 con valor muy cercano al 6%.
La moneda ecuatoriana de ese entonces (1999) se devaluó en un 300% (Naranjo, 2004), aproximadamente el congelamiento de los depósitos disminuyó el consumo, la contracción de la producción y el empleo, al no haber circulante no había consumo y por lo tanto la inflación no se disparó a niveles de hiperinflación (por suerte).
Para explicar por qué la inflación no reaccionó inmediatamente disminuyendo en el momento que se decretó la dolarización, utilizaremos el siguiente concepto, se vivió una “inflación rezagada” (Naranjo, 2004), que paulatinamente fue decreciendo a medida que los precios relativos se estabilizaban, y la brecha por la devaluación inicial del Sucre se corregía en el tiempo, afectando primero a los bienes que tienen parte de su costo de producción en dólares.
Entonces este ajuste necesario de los precios, es el que se vivió durante los primeros años de dolarización, y esto se debió a que la devaluación excesiva del Sucre provoque una inflación, mientras que al mismo tiempo se dio una disminución de los precios en dólares, esto gracias a que la devaluación de la moneda fue mayor que la inflación. Así citando el ejemplo de (Naranjo, 2004) un departamento que históricamente costaba su renta 400.000 Sucres, en enero del 2000 costaba $100 USD, debido a la “distorsiones generadas por la devaluación”, lo mismo ocurrió con los salarios. Estos valores fueron ajustándose en el tiempo hasta alcanzar sus valores reales.
Los detractores de la dolarización manifiestan que hubiese sido ideal esperar el “efecto rebote”, para que la economía una vez que haya tocado fondo vuelva a surgir, pero el problema radica en determinar cuál hubiese sido ese fondo, y si a medida que transcurría el tiempo el fondo se hacía más profundo, y teníamos que esperar décadas para llegar a ese fondo, en medida de la situación en la cual estábamos la dolarización fue la salida, forzada pero salida al fin, o esperábamos que se mantengan persistentes las proyecciones de crecimiento económico que el Banco Central tenía para ese tiempo (0%), y encontrarnos en situaciones más precarias, que tal si en realidad el Ecuador ya está viviendo ese efecto rebote, tomando en cuenta que sus cuentas nacionales han mejorado, y los ecuatorianos nos sentimos seguros de que al menos nuestro patrimonio no se va a reducir a la mitad o menos de un día para otro.
La dolarización no fue y no es el fin de todos los males pero al menos se convirtió en un oasis en el desierto de los desaciertos de los gestores de la política económica que por mucho tiempo lo único que hicieron es beneficiar a las clases pudientes.

Nota: este documento fue realizado como documento de clase en el 2009

Bibliografía
Naranjo, Marco, “LA DOLARIZACIÓN EL DEBATE TIENE QUE SER PERMANENTE”, Iconos, Agosto 2004  

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